08 Mar Farmacia, de las profesiones en las que la mujer es referente
La mujer farmacéutica ha pasado de necesitar el permiso del marido para poder comprar una farmacia a ocupar los cargos más relevantes de la institución. Esto no quiere decir que siempre se reconozca el valor de la profesional por parte de pacientes, pero, sin duda, sí que se sienten totalmente integradas en la profesión junto a sus compañeros. Al menos esa es la conclusión que se desprende de la mesa redonda que con motivo del Día Internacional de la Mujer tuvo lugar hoy en la sede del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Las Palmas y en el que participaron mujeres de distintas generaciones.
La mesa, que fue dirigida por la presidenta del COFLP, Loreto Gómez, contó con la presencia de las farmacéuticas María Dolores Sánchez, María Dolores Almeida, María del Rosario Martínez y Glenda Rodríguez.
El paso del tiempo, los cambios de mentalidad a nivel social y la implicación de las mujeres como profesionales ha modificado el concepto de la mujer como farmacéutica, especialmente en el mundo rural, en donde el hombre "solo acudía a la farmacia si había que comprar medicación para un animal", explica Sánchez.
"Se comentaba", afirma, "que en la farmacia tenía que haber siempre un hombre, por seguridad, por las guardias y porque los hombres no iban a pedir a una mujer cosas que consideraban propias de hombres, como preservativos".
Coinciden todas en que hoy, aún hay pacientes que las ven como mujeres antes que como profesionales, llegando a cambiar su farmacia de referencia para solicitar viagra, por ejemplo.
Almeida reconoce que "en una ocasión un señor me llamó a un lado de la farmacia para preguntarme si se iba a seguir contratando mujeres, porque si no había hombres, a quién le iba a pedir sus cosas".
Mientras las más veteranas asienten, Dolores Sánchez recuerda: "con las mujeres existía cierta intimidad. Venían a nosotras a pedirnos Colme", un medicamento que se usaba para tratamientos de alcoholismo o ciertos trastornos, un potente inhibidor de la aldehído
deshidrogenasa que provoca cansancio y somnolencia, "para evitar que el marido les pegara o se pusiera agresivo. No podíamos dárselo, pero las escuchábamos o les ayudábamos como podíamos".
En cuanto al papel dentro de la profesión, Glenda Rodríguez afirma que, en su opinión: "somos un referente. En otros sectores, el acceso de la mujer a un puesto de trabajo es más complicado que para el hombre, y casi imposible su acceso a cargas de responsabilidad".
Pero todas reconocen que ser profesional y mujer supone asumir más roles que el hombre en las mismas circunstansias. "Antes, asumíamos que el trabajo de la pareja era prioritario, y que estaba por encima de casi todo, así que asumías el papel de madre y el farmacéutica, y ser madre era encargarte de todo lo que tenía que ver con los niños y la casa". "Te echabas todo a la espalda y tirabas para adelante, porque era lo normal", apostilla Sánchez.
Y si bien reconocen que todo eso ha cambiado, también señalan que "la mujer sigue siendo la referencia sanitaria de la familia, es la que se sigue encargando de la salud de los miembros de la familia y de las personas dependientes", en palabras de Almeida.
"Recuerdo", explica Dolores Sánchez, "que mi hijo en varias ocasiones me decía que nunca estaba con él, y terminaba llorando en la farmacia por el sentimiento de culpa".
Ninguna cambiaría su profesión, ni las que llevan años trabajando ni las que comenzaron hace menos de un lustro, y reconocen que, hasta hace muy poco tiempo, no estaba en sus prioridades que las mujeres estuvieran implicadas en la toma de decisiones del Colegio, que ocuparan cargos de responsabilidad, "pero todo eso ya ha cambiado. Hoy contamos con una presidenta, una vicepresidenta y una secretaria en el COFLP", asevera María Dolores Almeida.