27 Jun Almudena Sánchez: "Está demostrado que la dieta y la forma de vida mediterránea combaten la depresión"
La relación directa entre el sistema digestivo y el cerebro es algo que está demostrado, pero la investigadora Almudena Sánchez ha querido ir más allá y, tras trabajar con más de 20 000 personas en 20 años, llega a conclusiones que pueden parecer sorprendentes, como que la dieta mediterránea es una forma de prevenir la depresión o de mejorar su tratamiento. "Los efectos beneficiosos de las dietas cardiosaludables disminuyen el riesgo de desarrollar una depresión, y la mediterránea está demostrando que es de las mejores para ello, especialmente cuando está acompañada del estilo de vida mediterráneo". Así lo explicó en el Café con el Experto, un espacio de formación puesto en práctica por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Las Palmas para establecer un contacto más directo entre formadores y colegiados. En esta ocasión la propuesta la presentaron conjuntamente las vocalías de Docencia e Investigación, Análisis Clínicos y Salud Pública, cuyos titulares son Jesús Pérez, Manuel Oliver y Manuel Herrera, respectivamente.
Según las últimas estimaciones de la OMS, 280 millones de personas viven con depresión. La prevalencia anual en España se sitúa en torno al 5 o 6 %. Además, es una de las principales causas de discapacidad.
"La depresión unipolar puede ser considerada", explicó Sánchez, "como una enfermedad multifactorial donde parecen influir factores de tipo biológico, psicológico y medioambiental. Un importante número de estudios sugieren que la depresión comparte mecanismos fisiopatológicos con el síndrome metabólico, la diabetes mellitus tipo 2, la obesidad o la enfermedad cardiovascular".
En este sentido apuntó que "el proceso depresivo cursa, entre otras características, con un incremento en los niveles de citoquinas pro-inflamatorias, disfunción endotelial, estrés oxidativo y alteraciones metabólicas", y apuntó que "en los últimos años, el estudio de la acción preventiva de los patrones de dieta considerados cardiosaludables, entre ellos la dieta mediterránea, ha cobrado una gran importancia".
Los motivos parecen claros con los estudios realizados. "entre el 30 y el 40 % de las personas que desarrollan una depresión presentan una inflamación sistémica de bajo grado. La dieta mediterránea es antinflamatoria, y esta inflación tiene mucho que ver con la neurotransmisión", asevero.
Algunos estudios de diseño observacional han encontrado que seguir la dieta Mediterránea se relaciona con una reducción del riesgo de depresión en torno al 30%. Además, diferentes ensayos clínicos con pequeño tamaño de muestra han hallado que la intervención con dieta Mediterránea es capaz de disminuir la sintomatología depresiva en pacientes con la enfermedad. Además, el reciente ensayo PREDIDEP encontró que el seguimiento de una dieta Mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra se asociaba con una disminución de los síntomas residuales y una mejoría en la calidad de vida de pacientes en estado de remisión de un proceso depresivo.
Si un paciente está en tratamiento, "la dieta no sustituye ni quita el tratamiento, es solo un coadyuvante, y sirve como tratamiento y como prevención. Esto es algo que se ha visto en los ensayos", señaló la científica.
Además de la dieta mediterránea -basada en el consumo de aceite de oliva virgen para comer crudo o cocinar, vegetales, frutas, los alimentos de temperada y poco procesados, cereales integrales, pescado, poca ingesta de carnes rojas-, es de tener en cuenta también influye el estilo de vida mediterránea, entiendo por tal la actividad física, las comidas con amigos y familia, los productos de temporada, etcétera.
Son necesarios más estudios de intervención con tamaño de muestra adecuado y seguimiento a largo plazo que confirmen estos hallazgos.